martes, 4 de octubre de 2011

Esperaré a que vuelva el sol de nuevo

Confirmado se acabó el verano. Las clases empezaron hace días. El mes de Octubre se abre paso en el calendario. Todavía hace bueno algunos días, el sol se niega dejarnos. Aún que sabemos que el invierno ganará la partida y el sol perecerá durante casi dos estaciones enteras. Las noches cada vez son más largas y los crepúsculos cada vez más cortos. Hace unas horas salí a la terraza a observar como el sol nos dejaba sus últimos rayos del día. Me niego a pensar que mañana tendré otra vez clase, pero sobretodo que queda mucho para que el calor del verano vuelva a poner morena mi piel. Hasta hace unos meses, me encontraba tirada en la orilla de la playa con un libro en mano mientras escuchaba el sonido del mar. Y concretamente a partir del 27 de julio y durante doce días me encontraba en un campamento en el que donde fueses por donde fueses siempre se escuchaba el mejor sonido de todos; LA MÚSICA. Como añoro esos días. Y sobretodo como añoro a esa gente que durante esos pocos días de toda mi vida llegaron a formar una familia de la que yo era parte. Como olvidar a esas personas que desde el primer día se hicieron un hueco enorme en mi corazón.
Han pasado ya dos meses y sin embargo todavía recuerdo con demasiada nitidez, casi como si estuviera allí todavía, cada día. Recuerdo el primer día en el que todos nos mirábamos un poco asustados al no saber como seria aquel campamento. Recuerdo la primera noche, habían pasado pocas horas pero parecía que conocía a las chicas de mi tienda de toda la vida. Victoria, Alba y Carla. Hay tantos recuerdos con ellas. Pero me quedo como favoritos cuando las despertaba saltando sobre ellas con la música de las mañanas o nuestras conversaciones en la tienda. Dos tiendas más allá se encontraban Ruth, Raquel, Alejandra y Carmen. Mis comidas del día eran de lo más amenas con ellas. No he pasado ningún momento con ellas en el que no me dibujaran una sonrisa. Las hecho tanto de menos...eran como mis hermanas. Pero por supuesto también recuerdo a  mucha más gente. Al lado de nuestra tienda dormían Otto y Rodrigo que fueron como dos hermanos para mí. Aún que tuvimos nuestros piques siempre estaban ahí para todo. En la única tienda de tres se encontraban Mark, Jesús y Javi. Cada uno era muy diferente al otro, Jesús siempre con sus bromas mientras que Javi era más callado. Ambos me hicieron pasar un campamento inolvidable. Mark era una de las personas más importantes de todo el campamento, y aún que tenía sus idas de olla también era muy dulce. Cada vez que pienso en alguna de las personas nombradas me asoma en la cabeza mil recuerdos vividos con ellos. Las canciones de por la mañana; Los bailes con Ruth; las clases, los juegos y los bailes con mi grupo; Las conversaciones con Victoria; las risas en las comidas con Alba y sus niños de art-attack; Carla y mickey mouse; Raquel y su acento de badahoh; nuestra canción compuesta por Alejandra; Cuando Carmen se hechaba el agua encima; las actuaciones; el baile de "graduación". Podría seguir así durante horas. Según pasaron los días fuí conociendo a más gente que poco a poco se iban convirtiendo es personas muy importantes. Claudia, Irune, Carolina y Sandra. En las cenas solía escabullirme hasta su mesa y eramos la dueñas de las duchas con nuestra canciones a capella. Los dos últimos días conocí a Bittor, mientras nos encontrábamos más de 10 personas metidos en una tienda. A día de hoy puedo decir que me da mucha rabia no haberle conocido mejor en los días del campamento porque y sin exagera puedo afirmar que es una de las personas más geniales que he conocido en mi vida. El próximo año será el último al que pueda a asistir a RC y sé de antemano que me dolerá demasiado. Nunca pensé que en 12 días pudieras querer tanto a tanta gente ya sean campista como monitores, a los que echo mucho de menos.
La luna ya ha salido y el viento aún que tímido sopla anunciando que el invierno esta por llegar. Dentro de poco las hojas de los árboles les abandonaran. Pero yo seguiré aquí viendo como pasan poco a poco los meses, para que cuando llegue el sol pueda brindarle una gran bienvenida pues eso querrá decir que el verano esta muy cerca y que volveré a veros pronto a todos de nuevo. 
Hasta entonces yo seguiré esperando a que pase la tormenta.