sábado, 17 de marzo de 2012

Como el ave fenix

Conocéis esa sensación de serenidad que te da el buen tiempo. No sé si soy yo o si también le pasa al resto del mundo. Pero no hay nada como unos cuantos días de sol para que todo mi humor cambie por completo y vea las cosas desde otra perspectiva. Y me diga a mi misma eh, ¿pero qué has hecho todo este tiempo? me da vergüenza responderme. Porque me sé la respuesta, nada. Todo el invierno me he dedicado a esconderme, a acurrucarme en un rincón, a mirar para otro lado y ver como pasan los días sin hacer nada en ellos. Me he convertido en una mera espectadora de mi propia vida. Pero ya es hora de decir basta y de resurgir de mis propias cenizas. Ahora me toca decir cuidado que allá voy.
Es verdad, el tiempo a mi me influye mucho siempre ha sido así, pero quizás esta vez ha sido demasiado extremo así que para la próxima vez intentaré remediarlo.
Hoy sin ir más lejos está lloviendo como si no hubiera mañana y lo único que quiero es  divertirme como una loca haga como haga y pase lo que pase.
Me voy a disfrutar del día.
Como siempre he dicho a vivir la día que son dos días y ya vamos por el segundo.

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