sábado, 9 de junio de 2012

Con la esperanza de tomar el desayuno con el sol de acompañante

Aun que prometí escribir por lo menos una vez a la semana aquí estoy escribiendo un mes después o así. El motivo básicamente es que no he tenido tiempo. Se acerca el final de los exámenes, de los trabajos, de los madrugones, de los largos monólogos de los profesores, de las horas interminables, de las peleas por entrar en el bus, del agobio de la gente, de las clases en definitiva se acerca el fin de lo peor del año. Debería estar contenta porque todo se termina. Pero no es tan fácil porque para que recordemos bien durante el verano como son las clases inventaron el mes de Junio. Mes en el que no tienes un día de tregua si un día no tienes que estudiar tienes que hacer un trabajo y sino leer un libro y así un montón de etcéteras. Además parece que en este mes no solo somos nosotros los que nos ponemos las pilas, porque es cierto los estudiantes lo dejamos todo para el último día por mucho que te digas en septiembre " este año lo llevaré todo al día para que luego no me pille el toro" en el fondo sabes que es mentira, también se espabilan los profesores que les entra unas ansias terribles por terminar el libro y son capaces de dar tema por día. A día de hoy quedan un par de semanas para terminar el curso y yo tengo la sensación de que me faltan horas en el día. Sólo espero ese día en el que con toda satisfacción lanzo mis apuntes a la hoguera de San Juan. A partir de ese día todo cambia tienes realmente la sensación de que ya se ha acabado y no piensas en más que en el verano. Ni siquiera piensas que el próximo año tendrás más de lo mismo añadiendo los exámenes de selectividad. No piensas en el futuro ni planeas los días. Quizás eso es lo que más me gusta del verano, la libertad. El hecho de que no haya una rutina que seguir, un día puedes ir a la piscina, otro a jugar un baloncesto, otro a tirarte por la hierva, incluso puedes escaparte unos días a la playa con tus amigos. Nunca se sabe lo que puede pasar en el verano esa es la mayor magia que tiene. Por mucho que planees como va a ser nunca van a salir tus planes y quizás puede parecer frustrante pero lo mejor es dejarse llevar. Quizás un día te sorprendas conociendo a gente nueva en las vacaciones con tus padres, o encuentres un amor de verano, o encuentres una nueva afición. El verano todo lo cambia. Es por eso una de las mejores épocas del año. La navidad esta bien estas con tu familia y amigos, las ciudades se llenan de luces y colores el ambiente en general es de cariño. En semana Santa te dedicas a descansar a recuperar fuerzas quizás a ver alguna ciudad. Pero el verano es totalmente diferente, el chip de las personas cambia. Todo el mundo hace lo que quiere buscan pasárselo bien nadie se preocupa por las cosas y ni da mil vueltas a las situaciones.Yo lo llamo la temporada de los impulsos, después de haber estado nueve meses haciendo lo correcto pensando en el mañana, llega el verano que lo único en lo que debes preocuparte es que todos los días tengas una sonrisa pintada en la cara.
Pero aquí estoy un sábado en casa y aprovechando el tiempo libre para escribir y divertirme un poco después de una tarde que a mi madre le parecería totalmente productiva. De verdad que ahora solo pienso en que un día me despertaré a las once de la mañana desayunaré con el sol de acompañante en la terraza y con la promesa de un día entero para hacer lo que quiera.


Por cierto nuevo blog, en el escribiré sobre viajes o experiencias que tengo que realizar al menos una vez en la vida y en el que añadiré vídeos enseñando donde estoy y lo que hago. En este blog seguiré escribiendo por supuesto pero creí oportuno hacerme otro para diferenciar los temas.
http://quelomejorestaaunprorecorrer.blogspot.com.es/

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